viernes, 14 de diciembre de 2012

Cinco cosas que no ocurrirán el 21 de diciembre, día del fin del mundo

Si es usted un habitante de este planeta -especialmente si utiliza internet- sabrá sin género de dudas que el mundo acaba dentro de unas cuantas semanas. Una errónea -según coinciden los arqueólogos expertos en el mundo maya- y prácticamente histérica interpretación del calendario de este pueblo prehispánico sitúa el 21 de diciembre de 2012 como el fin de los tiempos.

En esa fecha, dicen los agoreros, ocurrirá una importante transformación del orden mundial, una especie de cataclismo cósmico provocado por algo que puede caer del cielo. Sin embargo, los científicos están convencidos de que el 21 de diciembre es un día como otro cualquiera para prepararnos para el juicio final, tan bueno como puede ser mañana, pasado mañana, el lunes que viene o dentro de veinte años.
                                                               FELIX BAUMGARTNER


El austriaco Felix Baumgartner entró en la historia de los deportes extremos al firmar el mayor salto de la historia y superar la barrera del sonido en caída libre en la estratosfera. Tras más de dos horas de ascensión, la caída supuso tan solo cinco minutos hasta que aterrizó. El Stratos Red Bull fue todo un éxito.



En 16 minutos
En total ha requerido unos 16 minutos en tocar suelo en un aterrizaje perfecto en paracaídas tras lanzarse al vacío dentro de su traje presurizado, que le protegió de la baja presión y las bajas temperaturas.
En condiciones normales, en la atmósfera terrestre la velocidad del sonido es de 1.234 kilómetros por hora, mientras que en la estratosfera se puede alcanzar con unos 1.110 kilómetros hora por la menor resistencia del aire, según la misión.